jueves, 5 de julio de 2012

Otro vuelo aparatoso

Buenas, como la mayoría de vosotros sabéis, estas últimas semanas he estado viajando por "Las Españas". Los viajes han sido fugaces y de trabajo, lo que significa, muchas horas para poco disfrute. Lo jodido es que, por el momento, de los 7 vuelos que llevo los únicos que han dado problemas son los dos de Vueling.

El primer vuelo trajo varias peculiaridades. La primera fue que salimos con 45 minutos de retraso por culpa de una mujer. La asociación de feministas que no se me alborote, el problema no fue que fuera mujer, fue que la señora compró el billete y facturó la maleta pero no se presentó al embarque. Todos sabemos el terrible pavor que existe en los aeropuertos desde hace unos años así que de allí no se movía ni dios hasta que encontraran a la señora o a la maleta de la misma, lo que antes llegara.
Por otro lado es de destacar que en el asiento de delante iba ubicado un armario ropero de señor. Con esa descripción entenderéis por que lo llamo señor. El hombre media más de dos metros y, yo que se cuantos, de alto...Casi no cabía en el asiento pero eso no parecía ponerlo muy nervioso. Era rubio con el pelo muy corto. En un principio el asombro de su tamaño y del nivel de encajonamiento que debía sentir centraban toda mi atención pero eso cambió una vez iniciamos el vuelo.  El hombre fue casi todo el viaje con las gafas de sol puestas y los brazos cruzados (a lo niño cabreado), entiendo que intentando dormir. Cual fue mi sorpresa cuando al pasar las azafatas con el carrito de las bebidas el hombre se despierta y en un inglés no muy bueno pide don botellines de whisky, un vaso con hielo y una Coca-cola. El tío sacó la cartera para pagar y pude ver que llevaba un fajo de billetes verdes importantísimo. Si no llevaba entre 1500 y 2000 € no llevaba nada. Sirvió una botellita de whisky en el vaso con hielo y rellenó de refresco y se lo bebió de un trago. repitió la acción con la segunda botellita. A partir de ese momento cada vez que me refiero a el es como el "Señor de la mafia Rumana" por que era lo que parecía. Siguió dormitando hasta que el carrito volvió y repitió.
A todo esto he podido comprobar que en los servicios de los dos aviones no han sabido escribir la palabra cenicero como veréis a continuación.


En el vuelo de Ayer la cosa fue, cuanto menos, algo más preocupante. Al realizar el embarque pudimos ver a unos cuatro operarios con las puertas de la turbina izquierda del Boing 320 abiertas trasteando en ellas. Tras una hora esperando y varios comunicados poco tranquilizadores del comandante del vuelo, decidieron que era mejor traer otro avión, ponerlo junto al nuestro, hacer venir dos autocares, hacernos desembarcar a todos y encerrarnos en los autocares (ellos los llaman Jardineras), mientras los operarios cambiaban el equipaje facturado.
Finalmente las Jardineras rodearon el segundo avión y pudimos subir al nuevo vehículo. Esperando en la Jardinera hice esta foto del estado de la turbina y el suelo de la misma, como podéis ver estaba claro que algo no iba bien.


En fin, a ver si esta tarde de vuelta a Barcelona, en Vueling de nuevo, me pasa alguna otra vivencia que os contaré, por supuesto.

Saludos,

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